Orquesta Sinfónica de Antofagasta: 58 años de historia, música y arte en la región

Cerca de seis décadas esta agrupación nos ha acompañado y deleitado con su gran calidad artística, convirtiéndose en un verdadero patrimonio vivo de los antofagastinos.

La Orquesta Sinfónica de Antofagasta (OSA) es una de las agrupaciones más antiguas del país y parte del patrimonio vivo de nuestra región. Durante 58 años, esta familia de vientos, cuerdas, percusión y metales nos ha acompañado con su música en una actividad ininterrumpida, potenciando el arte local y ganando un escenario a nivel país.

Así es como a lo largo de su historia han pasado notables directores como Joaquín Taulis, Eliseo Santelices, Luis Reygadas, Terry Lee Hulick, Juan Rojas Martorell, Mireya Alegría, Fernando Guerra, Celso Torres Mora y en la actualidad Christian Baeza, quienes han sido los encargados de dirigir la escena musical local y mantener vivo este fuego artístico.  

A la par, el público ha podido disfrutar de una gran variedad y calidad de conciertos. Desde los más clásicos como la Novena Sinfonía de Beethoven, la Quinta y Sexta Sinfonía de Tchaikovsky, Bach, Vivaldi y muchas más. Hasta repertorios populares más recientes con agrupaciones como Los Jaivas, Inti Illimani y los locales Illapu, entre otros. 

Sin embargo, para lograr convertirse en la sólida agrupación que son en la actualidad, tuvieron que pasar muchos años y sus fundadores realizar un gran trabajo y esfuerzo para conseguir este espacio y reconocimiento de arte y cultura en la región.

INICIOS

Hablar de la Sinfónica es remontarse a un 2 de noviembre de 1962, cuando el ímpetu artístico del gran maestro Rafael Ramos Vivar se unió junto al anhelo de otros importantes músicos de la época y decidieron fundar la Orquesta Sinfónica de Antofagasta, para así abrirle un espacio en la ciudad a todos los músicos instrumentistas.

Antes de esta fecha solamente se reunían como tradición el 22 de noviembre para la celebración de Santa Cecilia, la patrona de los músicos. En aquellos encuentros, entre 70 a 100 músicos realizaban algunos conciertos en lo que en su época fue el Teatro Latorre. Sin embargo, al no haber aportes esto se disolvía, hasta el año siguiente o a veces más. 

Pero el deseo artístico de potenciar la música en la ciudad, llevó a Rafael Ramos junto a Mario Baeza Marambio, Domingo Torres y otros grandes músicos y algunas autoridades a fundar esta importante agrupación.

Así realizaron su primer concierto con la participación de 55 músicos profesionales. Pero a pesar de la oficialización de la Orquesta, el panorama musical no mejoraba y seguían sin recibir ayuda de parte de la municipalidad e intendencia, lo que hacía más difícil el sueño de estos músicos.

“Trataban de tirar esto para arriba y hacer que se encendiera la llama artística, pero a veces se apagaba un poco, era como decía mi papá que pasaba para el concierto de Santa Cecilia, donde se encendía por algunos días, pero al no haber apoyo después se apagaba”, comenta Alberto Torres, contrabajista de la Orquesta Sinfónica e hijo de uno de los fundadores, Domingo Torres.

Esta idea de la Orquesta nortina llegó a oídos del gran maestro Jorge Peña Hen, fundador de la Orquesta Filarmónica de La Serena y gran precursor de las Orquestas Juveniles en el país. Él vino a asesorarlos y trajo a otros músicos para colaborar y lograr consolidar a la agrupación.

Al mismo tiempo, Pedro de la Barra, amante de la música y el arte y quien tenía influencia con diversas instituciones a nivel país, quiso también contribuir y en conjunto trabajaron para que las expresiones artísticas de la época no quedaran como una simple afición y perduraran en el tiempo.

REUNIONES

Así fue como después de muchas reuniones y entrevistas con parlamentarios y luego de exponer la idea del arte en provincia, el 22 de septiembre de 1964 el Congreso Nacional aprobó la Ley N° 16676 que en su Art. 15, establece un impuesto del 10% sobre el valor efectivo en las entradas de los teatros y cines de la provincia de Antofagasta, recursos que se pusieron a disposición del Centro Universitario Zona Norte de la Universidad de Chile. 

A partir de 1965, la sede de la Universidad de Chile en Antofagasta se hizo cargo formalmente de la Orquesta Sinfónica. Un importante hito y avance para los músicos que llevaban tanto tiempo buscando ayuda y que a partir de ese año fueron contratados y en consecuencia su actividad remunerada. 

Alberto Torres, quien ingresó a la Orquesta en marzo de 1966, recuerda que “no era mucho el pago, pero era fijo mensual y correspondía a dos horas de lunes a viernes y los conciertos se hacían los sábados”. 

En sus inicios, la Sinfónica estuvo conformada en vientos en su mayoría con músicos de la banda del Ejército y las cuerdas de algunos jóvenes y profesores de la Escuela Normal, además se sumaron otras personas que querían tener un pequeño ingreso económico, pero por sobretodo disfrutar de hacer música.

Desde 1966, la Sinfónica empezó a crecer, maduraron los ensayos y de a poco fueron llegando maestros de afuera. Esto motivó a don Rafael Ramos a dejar la dirección de la Orquesta, pues tenía muchos compromisos laborales con el Conservatorio y su intención era que siguiera creciendo. En su lugar quedó Joaquín Taulis, quien trajo a más músicos y logró una gran consolidación. 

Así pasaron los años hasta que el Centro Zona Norte de la Universidad de Chile decidió no seguir haciéndose cargo de la Sinfónica y tal como cuenta Torres hijo “la Orquesta quedó en el aire, sin rumbo”.

En ese momento fue cuando se creó la Corporación Cultural de Antofagasta (CCA), que desde 1984 hasta la actualidad, se hace cargo de la OSA, apoyando y potenciando el arte de esta importante agrupación.   

PRINCIPALES HITOS 

Durante su historia, la Orquesta Sinfónica ha tenido importantes hitos que han marcado a esta agrupación y que ha servido como impulso para continuar la senda artística en la región.

El primero de ellos es el reconocimiento a la trayectoria a través de la medalla de honor que le  entregó el Senado en 2012, con motivo del aniversario número 50 en el Congreso Nacional. Una instancia que materializó el esfuerzo que realizaron sus fundadores y que continuaron en los años siguientes las nuevas generaciones de músicos. 

En el ámbito musical para Ximena García, actual concertina y con más de 30 años en la Orquesta, comenta que “hemos tenidos grandes privilegios, como poder acompañar a los Niños Cantores de Viena, conciertos masivos con Inti Illimani y Los Jaivas, acompañar a grandes solistas como Pacho Flores y ser dirigidos por importantes directores (as) invitados (as)”. 

Adicionalmente la Sinfónica de Antofagasta ha logrado desde su fundación tener una actividad ininterrumpida lo que, para Pedro Baeza, cellista, presidente del sindicato e hijo de uno de los fundadores es algo muy importante de destacar.

“El trabajo de la Orquesta ha sido ininterrumpido, han pasado por muchas situaciones a nivel país, incluso desde el punto de vista político y nunca se ha detenido una Temporada, siempre se han hecho todos los esfuerzos para llevarla a cabo”, comenta. 

Para Christian Baeza, quien desde 2005 dirige la Orquesta, con orgullo menciona como durante los últimos años ha ido creciendo considerablemente. “Hemos logrado hacer programas grandes, por ejemplo, la 9na Sinfonía de Beethoven que nosotros mirábamos como algo muy lejano, y el haber podido ensayar y luego tocar al público esa obra monumental fue algo realmente increíble”.

IMPORTANTES RECUERDOS

Así también, estos 58 años de la OSA han marcado la trayectoria de grandes músicos antofagastinos que guardan importantes momentos en sus memorias.

Alberto Torres, quien además fue músico de la Filarmónica de Chile, recuerda con mucha alegría sus primeros años en la Orquesta, cuando salían de gira por toda la Macro Zona Norte, recorriendo comunas como Arica, Iquique, Calama y Pica, entre otros. 

En uno de esos tantos recuerdos, Torres rememora en un viaje a Pica, que sonaron las campanas de la Iglesia y se reunieron todas las personas en la plaza “nos agarró un viento, pero igual tocamos para ellos y después guardamos los instrumentos y nos fuimos a compartir toda la tarde con la gente”.

Así también Ximena García, en sus 30 años en la Orquesta, retiene con cariño muchos momentos especiales como cuando concursó y obtuvo el puesto de concertino y la interpretación como solista en el concierto para violín de Tchaikovsky. Además, valora mucho el trabajo que se ha realizado en equipo para entregar grandes espectáculos a la comunidad.

“Recuerdo cuando tuve el privilegio de dirigir la obra “Pedrito y el Lobo” de Sergei Prokofiev, donde además de la Orquesta participó el Ballet de la CCA. El trabajo de los colegas fue magnífico y ver el ensayo general y el estreno realmente impresionante, el Teatro Municipal estaba absolutamente repleto, hasta las escaleras” agrega.

Por su parte, el actual director de la Orquesta Sinfónica, Christian Baeza González, rememora que desde los 10 años ha estado conectado con esta agrupación, entre risas comenta que “mi profesor de oboe, Mario Baeza me llevaba a verlo tocar en la Sinfónica y de ahí nunca más dejé del Teatro Municipal, a pesar de que había obras que no entendía por mi edad en ese tiempo, había otras muy entretenidas y ver el espectáculo en vivo me marcó cuando chico y nunca más dejé la música”. 

Así también recuerda su primer concierto “parecía niño chico con juguete nuevo entre medio de todos ellos, cuando empezó y apareció la Quinta Sinfonía de Beethoven estaba muy emocionado”, comenta el director.

Por su parte Bernardo Guggiana, músico cornista formado en tierras nortinas y actual integrante de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción, reflexiona con mucho cariño sobre su primer concierto con la Sinfónica de Antofagasta y recalca lo importante y significativa que fue en su formación artística.

“Los recuerdos más bonitos es haber tocado con mi profesor en la fila de cornos, don Rodolfo Herrera y ver a mis compañeros del Liceo Experimental Artístico. Además,  reencontrarse con la propia  historia es súper lindo, a mí me encanta decir que me formé en Antofagasta y que soy un agradecido de esa Orquesta”, manifiesta Guggiana

Esta es una de sus principales razones por la que durante todos estos años ha mantenido la relación con la OSA a pesar de la distancia, participando en conciertos como solista o integrando la fila de los cornos cuando es necesario.  

ACTUALIDAD

Durante los últimos años la Orquesta Sinfónica de Antofagasta se ha preocupado de entregar un variado repertorio que pueda ser escuchado por un público de distintas edades. Con una mixtura entre lo clásico y popular han cautivado nuevas  audiencias, lo que se ha visto reflejado en el aumento sostenido de público.

Para el chelista Baeza Santelices, integrante y presidente del sindicato “creo que como Orquesta incluso a nivel nacional somos pioneros en entender que la música clásica no es solo para una elite, que también puede ser para todo tipo de espectador, eso ha acercado mucha gente que nos conoció con Inti Illimani, Los Jaivas o música de películas  y cuando fue a escuchar un concierto sinfónico se dio cuenta que era igual de maravilloso”. 

PANDEMIA

Este año se pretendía continuar en esa senda a través de un gran trabajo territorial con las juntas vecinales y así acercar el arte a todos los rincones de la ciudad. 

Sin embargo, producto de la pandemia se debió reestructurar toda la planificación. Pero el amor por la música de sus integrantes y las ganas de contribuir a la región y el país ha permitido seguir adelante.

Con el mismo ímpetu artístico de sus fundadores, los actuales músicos continúan presentando su Temporada 2020 denominada “Entre Hogares”, conciertos en vivo a través de redes sociales, que incluye además dos conciertos mensuales y que ha sido todo un desafío y éxito.

Hasta el momento, grandes nombres han hecho de la Temporada Oficial, que no se detuvo, pese a la crisis sanitaria actual, que es presentada por Escondida | BHP y acogida a Ley de Donaciones Culturales, un espacio lleno de emociones a través de las redes de la Corporación Cultural. 

INFRAESTRUCTURA

Asimismo, en los próximos meses contará con su propia sala de ensayos, un espacio equipado de forma adecuada que cumplirá un anhelo de años y les permitirá seguir creciendo como Orquesta. De igual forma pronto se iniciará la construcción de la tan añorada concha acústica que sumando a la gran calidad artística de sus músicos, se lograrán presentar grandes y memorables conciertos cuando se abran nuevamente las puertas del Teatro Municipal, que contará con todos los resguardos sanitarios que se necesitan. 

SUEÑOS 

Se cumplen 58 años de historia y con alegría y orgullo los músicos de la Orquesta celebran mientras preparan diversos hitos para lo que será el festejo de sus próximas seis décadas. Asimismo piensan en el futuro de la OSA y en los objetivos a cumplir. 

Para Baeza Santelices, es fundamental continuar con la constante profesionalización de la actividad y lograr llegar a mucha más personas. 

“Me gustaría una Orquesta que llegue a muchos más lugares, ojalá podamos recorrer primero la región y luego poder salir también de nuestras fronteras regionales y  del país, creo que ese es un gran desafío de aquí a unos cinco años”, comenta. 

Por su parte, Baeza González enfatiza en que “así como hemos ido creciendo ojalá podamos llegar lejos en unos 10 o 15 años más y estar entre las cuatro Orquestas de Chile, ese sería nuestro objetivo”.

Para el profesor Alberto Torres, uno de los miembros más antiguos de la Orquesta, estos años significan un enorme orgullo y alegría, que reflejan el trabajo de su padre, el propio y de tantos otros músicos que han pasado por sus filas. Además valora mucho el gran esfuerzo que realizan sus compañeros en cada concierto.   

Grandes deseos de parte de algunos de los músicos de la Orquesta Sinfónica de Antofagasta, que podrán hacerse realidad siempre que el público siga apoyando y apreciando el arte y la cultura en la ciudad.

Cada vez que escuchen a la Orquesta interpretar alguna obra clásica, la música de su película favorita o presentarse con agrupaciones populares, recuerden todo el trabajo que realizaron sus fundadores para que generaciones actuales tengan el privilegio de contar con este verdadero patrimonio vivo, que ojalá siga grabando su impronta en la región y el país por muchos años más. 

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