Lo que escucharemos en el Homenaje a Hans Zimmer

El compositor alemán Hans Zimmer se nutre de toda la experiencia de la música aplicada a la cinematografía, tomando como modelos a los más diversos compositores que han puesto su arte al servicio de la pantalla. De esta manera sabe qué funciona para qué contexto, es decir qué tipo de música debiese aparecer en una determinada escena.

El material melódico predomina en las cuerdas, muy importante en sus creaciones, y nunca es disruptivo de la acción. Es decir, una melodía pegajosa no nos distrae de lo que sucede en pantalla. Bajo esa sutileza, la música se adhiere a la acción de manera indisoluble, realzando estéticamente lo que vemos. Al mismo tiempo, Zimmer no busca ser obvio en lo emotivo, y en lugar de ofrecer pistas emocionales, su música transmite subtexto, cosas que un cineasta no puede comunicar visualmente. Esto nos permite establecer nuestra propia experiencia emocional de la película.

Uno de los elementos más característicos de su estilo es el uso del ostinato. Esto quiere decir, una sucesión de compases con una secuencia de notas de las que una o varias se repiten exactamente en cada compás. De ahí su nombre en italiano, que significa «obstinamento, empeño en repetir lo mismo». Logra así enfatizar acción a través del movimiento, o también generar tensión.

Vemos que su lenguaje se describe más bien por el modo en cómo aborda el sentido de la música para un film, y por características generales, más que por un estilo definido en lo musical. Y es que precisamente este es mutable, va cambiando de acuerdo a cada película. Así, en “El Rey León” se acerca a lo popular, con una colorida partitura que se va alternando con las canciones de Elton John. O en “El Caballero de la Noche”, nos sumerge en un mundo de rudeza, asignándole importancia especial a las percusiones.

Este eclecticismo lo lleva a romper los moldes de lo netamente sinfónico, utilizando sintetizadores, efectos electrónicos, instrumentos ajenos a una orquesta tradicional, y guiños a mundos disímiles como el jazz, lo caribeño, el rock, pero todo siempre en función de cada universo particular que generar una película.

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