8vo Concierto: Dos obras de envergadura con la Sinfónica

Álvaro Gallegos - Premio a la Música Nacional Presidente de la República con mención en Producción Fonográfica

Tan solo dos obras, pero de gran envergadura ambas, se juntan en el octavo concierto oficial de la Orquesta Sinfónica de Antofagasta. Además, pertenecen a una dupla de compositores fundamentales de la historia, y muy afines entre sí: Johannes Brahms (1833-1897) y Antonín Dvorák (1841-1904).

El Concierto para Piano No.1 de Brahms es majestuoso, épico, donde la orquesta tiene un rol a la par que el instrumento, y no se limita meramente a “acompañar”. A ratos es como una sinfonía con piano. Además contiene mucho material sonoro, y dura casi una hora de duración. Es un desafío para cualquier orquesta, a la vez que para quien oficie de solista. En este caso, se trata de Beatrice Berthold, pianista alemana avecindada en Chile, de tremenda técnica y avezada en el mundo de la estética romántica.

Luego, la Sinfonía No.8 de Dvorák. Son las tres últimas sinfonías el pináculo de la carrera artística de este compositor checo. De éstas, la Octava es la más original, por la forma en que juega con el material. Por ejemplo, como maneja las armonías en el primer movimiento, o como transforma las líneas melódicas en el cuarto.

En suma, en cuanto a propuesta artística, este es uno de los más contundentes programas que la orquesta local ofrece a sus habitantes. Y además, contará con un reputado director arriba del podio: el maestro argentino Carlos Vieu, una de las más importantes batutas que hayan sido invitadas a dirigir en el Teatro Municipal en el último tiempo.

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